Un viaje de muchos

Hace justo seis años visité Europa con mi familia. Un tour turísticos de estos preparados por la típica agencia de viajes que todos tenemos en la esquina de nuestra calle. Budapest, Vienna, Ámsterdam, Praga... Ciudades preciosas con miles de rincones, de monumentos emblemáticos y no tan emblemáticos pero no por ello menos fascinantes. El parlamento de Budapest, edificio alucinante de años y años de historia. El anillo de Vienna: calles en circular totalmente transitadas por personas de todas las nacionalidades posibles. Dialectos que se mezclan unos con los otros haciendo de si un trabalenguas. Ámsterdam y sus famosos recorridos en bicicleta desde la que ves un precioso paisaje urbano, como en pocas ciudades del mundo hay. Fue un viaje se semana y media que valió por más que diez días, fueron experiencias que se graban en la memoria, como la visita al centro histórico de Praga, pasar por el famoso puente del rio Moldava y pedir un deseo o pasar una velada entretenida experimentando la cena húngara acompañada de música y bailes tradicionales, o probar la cerveza negra propia de Austria.
Cosas que no se olvidan. Momentos que te regalan los viajes.
Por cosas así, a mi familia y a mi nos gusta viajar, nos gusta aprender y conocer. Comprender. Todo el mundo debería hacerlo. O intentarlo.

Resultado de imagen de vienna (Fuente:The telegraph )

Comentarios